Soldado
(Soldado, Argentina, 2017. DCP, 72’, ATP)
Dirección: Manuel Abramovich. Con Juan José González, Banda Militar ‘Tambor de Tacuarí’ – Regimiento Patricios.
El joven correntino Juan José González ingresa como voluntario al Regimiento de Infantería 1 Patricios, sin mayores objetivos que obtener un empleo seguro y poder satisfacer el deseo que su madre depositó en él. La rutina diaria del Ejército impone sus reglas y provoca la despersonalización de cada miembro, evocando constantemente epopeyas en duras lecciones y ejercicios de cara a conflictos que la fuerza no atraviesa hace décadas. El documental de Manuel Abramovich no persigue un final dramático o un desfile de proezas –su protagonista tampoco enfrenta sus nuevas obligaciones como si se trataran de un Vía crucis, más allá de las dificultades–, pero el tedio acecha a la vida en la guarnición, y se siente el peso de no haber seguido la voluntad propia al comenzar a dejar atrás la adolescencia. Soldado retrata con prolijidad y precisión el trunco mutualismo entre un individuo que intenta cubrir sus necesidades y los ritos anacrónicos que adopta para poder atenderlas, mientras devela paulatinamente las capas de su personalidad y las sensaciones que asoman en silencio pero con fuerza. (Catálogo del Festival de Mar del Plata)
Berlin International Film Festival 2017 – Selección Oficial.
Mar del Plata Film Festival 2017 – Selección Oficial.
Olhar de Cinema – Curitiba International Film Festival 2017 – Selección Oficial.
San Sebastián International Film Festival 2017 – Selección Oficial.
“Rigurosa, impecable y significativa, la última película de Abramovich supera en mucho a su ópera prima, la premiada Solar. En poco más de una hora, este documental con elementos de ficción presenta las condiciones de un hombre joven que hoy ingresa en la escuela militar. Sin concesiones, pasa por los distintos entrenamientos, desde la primera revisión médica:
-¿Por qué quiere ser militar?
-Porque siempre me gustó. Y para hacer feliz a mi mamá.
Cómo hacer el saludo, o la venia, cómo tender las cama según el día de la semana, cómo cuidar las botas, aprender de memoria las partes de un arma, el entrenamiento físico, a todo pasa revista Soldado. Pero lo más llamativo es dónde se coloca la cámara: con primeros planos fijos del soldado, todo lo demás queda fuera de campo: el instructor, el compañero, los ambientes abiertos y cerrados, con algunas panorámicas de las prácticas físicas y de marcha.
La película no hace comentarios, no abre juicios, sobre todo plantea interrogantes tácitos sobre ese grupo humano, los militares, que después de la dictadura parecen tener como uno de sus objetivos más importantes aprender a tocar el tambor”.
Josefina Sartora – OtrosCines