La chica sin nombre
(La fille inconnue, Bélgica / Francia, 2016, DCP, 113′, AM13)
Dirección: Jean-Pierre y Luc Dardenne. Con Adèle Haenel, Olivier Bonnaud.
Una noche, después del cierre de su consultorio, Jenny, joven doctora generalista, escucha el timbre, pero no abre. Al día siguiente, se entera por la policía que han encontrado, no lejos de allí, a una chica muerta, sin identidad.
2016: Premios César: Nominada a Mejor película extranjera
2016: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
«No pasaron quince minutos de película y los hermanos Dardenne, con una capacidad de síntesis inusual en el cine contemporáneo (y que por eso mismo recuerda, de manera tangencial, a la que practicaban los estudios Warner Bros. en los años ‘30 y ‘40) ya plantearon casi todo lo esencial de su nueva, estupenda película, La chica sin nombre. En ese comienzo sabemos cómo es el carácter de la joven doctora Jenny Davin: la seguridad y el sereno profesionalismo con el que atiende a sus pacientes; el rigor con el que trata al estudiante avanzado de medicina que tiene a su lado como residente; la enorme exigencia que implica llevar adelante un consultorio de clínica general de obra social. Todo está allí, en ese apretado comienzo, incluso el punto de quiebre que desatará el conflicto dramático del film: ese timbre que suena y que ella decide no atender, porque ya ha pasado más de una hora del horario de cierre de consulta, “y un médico cansado no es capaz de hacer un buen diagnóstico”, según le enseña a su residente. Esa puerta que ella no abre, sin embargo, será la que hará tambalear todas sus certezas.
Recibida con frialdad –incluso por este cronista– durante el último Festival de Cannes, en el que se les reprochó injustamente a los autores de Rosetta hacer siempre un poco el mismo film, La chica sin nombre prueba en una visión más reposada y sin la necesidad del juicio sumario al que obliga la muestra francesa, que se trata de una película de una gran solidez, donde no hay reiteración alguna sino coherencia, ética y cinematográfica.”
Luciano Monteagudo – Diario Página12