Introduzione all’Oscuro
(Introduzione all’Oscuro, Argentina / Austria, 2018, DCP, 71’, AM18)
Documental dirigido por Gastón Solnicki.
Un hombre deambula por las calles de Viena, guiado por el recuerdo de un amigo que murió recientemente. Los vestigios del alguna vez suntuoso imperio son el escenario para la elegía cinematográfica y una oscura celebración de la vida. Lo que comienza como una situación emocional introvertida (la amistad entre dos personas y la tristeza de una pérdida) se transforma en una historia universal a partir de imágenes que despiertan los sentimientos dormidos del espectador. Solnicki convierte a su cámara en un pincel que pinta grandes paisajes urbanos. Postales en movimiento de una ciudad viva que para el cineasta tiene una ausencia demasiado grande: Hans Hurch, el director artístico de la Viennale durante dos décadas, que falleció en julio de 2017 a sus 64 años y con quien Solnicki entabló un cercano vínculo desde su primera película, Süden (2008). Hans ocupaba el rol de testigo y cómplice de la carrera cinematográfica del director, que recorre Viena entre recuerdos buscando a su amigo en cada objeto, reviviéndolo a través de lo que más le gustaba: el cine.
Selección Oficial – Biennale di Venezia 2018.
Selección Oficial – New York Film Festival 2018.
Para todo aquel viajero que haya visitado la ciudad de Viena, las primeras imágenes de Introduzione all’Oscuro, cuarto largometraje del argentino Gastón Solnicki, tendrán un aire familiar, de cercanía emocional. Si el visitante es además cinéfilo, las siluetas en movimiento de los juegos del Prater –el célebre parque de atracciones vienés, con su aún más famosa noria, inmortalizada en el clímax de El tercer hombre– conjugarán en la memoria el persistente recuerdo de imágenes ajenas, reconvertidas por el embrujo de la pantalla de cine en pertenencias íntimas. El de Solnicki es un objeto audiovisual que recorre los laberintos de una ciudad que, por momentos, parece detenida en el tiempo. Unas calles y unos edificios indisolublemente ligados, para el director de Kékszakállú y Süden, a la presencia de un único ser humano. Y de un ser humano único. Hans Hurch era un “extravagante” (Solnicki dixit), un hombre que solía usar su único traje negro hasta que ya no era aceptado en la tintorería y que, con la impronta de una personalidad fuerte, dirigió durante dos décadas el Festival de Cine de Viena, la Viennale, transformándolo en uno de los más exquisitos, exigentes y estimulantes del mundo.
Diego Brodersen – Diario Página12
Jueves 21/3, 15:30 hs.
Viernes 22/3, 23:00 hs.
Sábado 23/3, 15:30 y 20:30 hs.
Lunes 25/3, 18:00 y 23:00 hs.
Martes 26/3, 15:30 y 20:30 hs.
Miércoles 27/3, 18:00 y 23:00 hs.