High Life
(High Life, Francia, 2018, DCP, 113’, AM16)
Dirección: Claire Denis. Con Robert Pattinson, Juliette Binoche.
Espacio profundo. Monte y su hija Willow viven completamente aislados a bordo de una nave espacial. No siempre estuvieron solos: eran parte de un grupo de condenados a muerte que aceptaron conmutar sus sentencias por participar en una misión con destino al agujero negro más cercano a la Tierra.
2018: Festival de San Sebastián: Premio FIPRESCI.
2018: Festival de Sitges: Selección oficial (Fuera de concurso).
Como sucede en todas las películas de Denis, el mundo (y aquí el cosmos) se reduce a la pulsión sexual, y su expresión es de índole agresiva. Es que en su cine el deseo es consustancial a una forma de violencia, y lo que se vislumbra en este árido escenario que empequeñece a cualquier criatura de deseo es lo que Denis ya ha explorado en películas notables como Bella tarea, Sangre caníbal: un oscuro deseo, El intruso. Estas películas son disímiles entre sí, excepto por el tema de fondo y la forma de concebir el cuerpo humano, siempre visto como una superficie de intensidad y filmado sin reconocer su unidad. El modo en cómo registra los placeres de Juliette Binoche en High Life es una glosa fidedigna de cómo la veterana directora francesa entiende la relación entre cuerpo y placer y el modo en que ella suele filmar el cuerpo: fragmentándolo.
A esta dimensión psicosexual ubicua en sus películas se añade aquí una intuición sociológica: un deseo de una buena parte de la sociedad pasa por enviar a sus inadaptados a otro mundo. Situar una penitenciaría móvil atravesando la Vía Láctea puede parecer demasiado, pero desterrar a los delincuentes y expulsarlos a la insondable oscuridad del espacio es, acaso, la fantasía reaccionaria de muchos. Lo que en Denis es distopía, quizás para otros puede ser una inconfesable esperanza irrealizable; la posición de la cineasta sobre el tema no admite ninguna duda, lo mismo que su visión del cosmos, en el que se extiende la perplejidad del orden del mundo y la desolación de la vida humana. El contrapeso es poco, pero otorga una mínima resistencia a la ferocidad del mundo: el amor filial.
Roger Koza – Revista Ñ
Jueves 31/10, 18:00 hs.
Viernes 1°/11, 15:30 y 20:30 hs.
Sábado 2/11, 23:00 hs.
Domingo 3/11, 15:30 hs.
Lunes 4/11, 18:00 y 23:00 hs.
Martes 5/11, 15:30 y 20:30 hs.
Miércoles 6/11, 23:00 hs.