Criada
(Criada, Argentina, 2014, Digital HD, 75’, ATP)
Documental dirigido por Matías Herrera Córdoba.
Hortensia tiene 53 años y vive en “El Puesto”, pequeño pueblo catamarqueño en uno de los más bellos parajes de Argentina. Ella es mapuche, nacida en el sur, pero desde niña fue llevada allí para ser la “criada” de una familia. Hoy es peona, cuidadora, y mantiene la finca, al igual que la casa de sus patrones. Han pasado 40 años, Hortensia nunca recibió pago por su trabajo. Criada pone en cuestión una figura que permanece como los últimos resabios de la esclavitud.
El amor al trabajo como condena
“Una sirvienta, muchacha, doméstica, mucama, fámula, nana, imilla o criada es una mujer empleada para el trabajo doméstico. Antiguamente, formaba parte de una estructura jerárquica dentro de las mansiones, aunque actualmente sólo es una trabajadora doméstica para familias de clase alta e incluso de clase media”.
La película es muy clara y precisa en la forma que muestra la vida de la criada Hortensia y el abuso de poder que la familia Córdoba ejerce sobre ella. Hay un momento clave en el que entendemos por qué Hortensia aceptó la condición que “le tocó” en la vida. Es cuando le cuenta a una amiga que de muy chica su padre le daba grandes tareas y las aprendió a hacer de manera lúdica, feliz, como un juego. Ésta es una forma hermosa en que muchos padres involucran a sus hijos en la satisfacción y el placer por el hacer las tareas de la vida diaria. Está claro que las tareas, o mejor dicho el trabajo (si así lo definimos), es una forma de realización que dignifica al ser humano. Pero en el caso de Hortensia, esa forma en la que aprendió a disfrutar del hacer no fue ni más ni menos que su propia condena, porque ella realiza, con cierta paz pero nunca con alegría, todos los trabajos que implican mantener esa enorme casa, como así también el riego de los olivos, las viñas y el cuidado completo de la propiedad sin cuestionamiento alguno, más bien como una muy eficiente criada.
Rosendo Ruiz