Arábia
(Arábia, Brasil, 2017, DCP, 97’, AM18)
Dirección: João Dumans, Affonso Uchoa. Con Aristides de Sousa, Murilo Caliari.
André es un niño que vive en un barrio industrial de Ouro Preto, Brasil, cerca de una antigua fábrica de aluminio. Un día encuentra un cuaderno que pertenece a uno de los trabajadores de la planta.
2017: BAFICI: Selección oficial largometrajes a concurso, Mención Especial.
2017: Rotterdam International Film Festival: Selección oficial.
2017: Hamburg Film Festival: Selección oficial.
2017: San Sebastián International Film Festival: Selección oficial.
La brasileña Arábia viene haciendo ruido desde su premiere mundial en el Festival de Rotterdam. Es comprensible: el film de los realizadores João Dumans y Affonso Uchoa logra conjugar su estimable sensibilidad social con una mirada totalmente alejada tanto del tono biempensante como del miserabilismo que suele consumirse en el circuito internacional. Rodada parcialmente en un pueblo de Minas Gerais llamado Ouro Preto (irónicamente, ya que muchas riquezas no parecen llover sobre sus habitantes), se trata en realidad de una particular road movie que, como su protagonista (o, más correctamente, uno de ellos) no deja de moverse por calles, rutas y poblados del interior del sudeste de Brasil. Ya la letra de un tema de Townes Van Zandt anticipa, desde la secuencia de títulos, esa imperiosa necesidad de moverse y no mirar atrás, a menos que lo que se recuerde es un amor que no pudo ser.
El encuentro de un muchacho con un cuaderno de notas, escrito por un operario de la fábrica de aluminio cercana que acaba de accidentarse, es el disparador del relato dentro del relato. Su protagonista es Cristiano, un hombre que luego de salir de la cárcel comienza su derrotero como mano de obra disponible para diversas faenas, desde la recolección de mandarinas hasta la carga de bolsas en camiones, del trabajo de construcción de rutas a la refacción de la mampostería de un burdel. Dumans y Uchoa van hilvanando ese retrato de una vida a lo largo de ocho años a partir de una sutil acumulación de experiencias y sensaciones, con un particular placer por el relato oral como origen de la empatía y la emoción. De esa manera, además de describir la pequeña epopeya de un hombre apegado por deseo o necesidad (o ambas cosas) a una vida de “golondrina”, el film acierta en el retrato social de un Brasil interno, alejado de las grandes urbes, que habrá cambiado la cosmética de algunas de sus relaciones de poder entre dueños, jefes y empleados, pero mantiene casi inalterables las distancias y posibilidades de aquellos que circulan por los escalones inferiores. Y el amor, claro está, que no parece formar parte de la vida de esos hombres endurecidos, pero es capaz de marcarlos para siempre.
Diego Brodersen – Diario Página12
Jueves 21/2, 15:30 y 20:30 hs.
Viernes 22/2, 18:00 y 23:00 hs.
Sábado 23/2, 15:30 y 20:30 hs.
Domingo 24/2, 18:00 y 23:00 hs.
Lunes 25/2, 15:30 y 20:30 hs.
Martes 26/2, 18:00 y 23:00 hs.
Miércoles 27/2, 15:30 y 20:30 hs.